#ElPerúQueQueremos

"Chapa tu choro": simplemente preocupante.

Unos lo justifican, otros lo condenan. Ambas partes tienen razón.

Publicado: 2015-09-10

“Nuestro país esta viendo más preocupación en política y pelea que en solucionar la situación de los jóvenes que necesitamos trabajar. Con gusto lo digo, no soy violador, soy ratero y con orgullo” decía un delincuente que había sido capturado hace algunos días y lo peor es que tiene razón.

No hace falta, supongo, hacer un sondeo para darnos cuenta que la mayor parte de la gente de a pie está a favor de tomar justicia por sus propias manos al momento de sorprender a un delincuente o de convertirse en víctima de ellos. ¿Cómo no te puede llenar de indignación ver que en la calle pueden matarte tan solo por un celular? ¿cómo la vida puede valer tan poco para estos malparidos? Pues, efectivamente, ante el constante fallo de las herramientas legales de las que posee una víctima de la delincuencia -lo que resulta en una pronta liberación de quién atentó contra tu vida o tu integridad física- nace esta propuesta, al estilo de fuente ovejuna, del querer "exterminar" a los delincuentes y erradicarlos de la sociedad: "chapar tu choro y dejarlo paralítico". Al lado contrario están los defensores de la legalidad y que advierten un debilitamiento del Estado de Derecho. Ya escuchábamos días atrás al presidente del Poder Judicial, Víctor Ticona, realizar éste tipo de declaraciones y condenando así la propuesta popular de "violencia contra violencia".

Más allá del constante debate sobre si es justificable o no la justicia -violenta- popular, existe algo alarmante que acontece en la sociedad que resulta del sentido de frustración social y de total desconfianza ante el sistema que defiende el presidente del Poder Judicial. Las personas en las calles están convencidas de que si capturan a un delincuente, éste será liberado de inmediato; en respuesta buscan capturarlos y, como la imagen que acompaña esta humilde opinión, no llaman a la policía sino que intentan "ajusticiar" al delincuente con un duro, brutal y a veces inhumano castigo físico. Prenden los -tristes- noticieros y acompañando a todas las noticias sobre robos, asesinatos, violencia, muertes, etc., aparece -nuevamente- el tema de las agendas de Nadine, como si para nuestro gobierno el problema de la inseguridad ciudadana siguiese siendo un tema de "percepción". 

Personalmente no me imagino una sociedad posible en dónde ésta no confíe en su sistema, en su policía, ni en sus fiscales y jueces, ni -por último- en el gobierno. Entonces ¿en qué clase de sociedad estamos parados si nadie confía en nadie?. El hecho de que el gobierno no le de importancia a esta reacción social es preocupante pues se para frente a un país lleno de problemas como un ciego que no ve no porque no pueda sino porque al parecer no quiere reconocer la violencia que azota las calles. No me imagino una sociedad así, que retroceda a los extremos de tener que verse obligada a recurrir al castigo -inhumano- físico para resolver problemas de delincuencias porque su sistema de "justicia" no funciona como debería o porque la corrupción parece haberse convertido en una plaga que domina todos los poderes del Estado y que hace parecer que ya todo está perdido y que solo con la violencia, el ejército o la pena de muerte se podría dar un respiro a este país que ya ha sido víctima de violencia por tanto tiempo. Violencia contra violencia, clama la gente y tienen razón; pero a la vez no la tienen.

Personalmente debo confesar que si estuviera en el acto aplicaría mi instinto de "justicia popular" pero quiero creer que esto no es lo correcto y que la sociedad no tiene por qué resolver estos problemas con maltratos físicos e inhumanos.


Escrito por

Bryan Guillermo A.

Publicista en proceso con un toque social. Me molesta las injusticias y que nos intenten callar.


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